"Agua Verde"
Texto por Miguel Gonzalez
Septiembre 1992
Recurrir a estados de alto contraste que el paisaje ofrece en horas álgidas -crepúsculo, aurora, cenit- proporcionó el eje argumental de un sector de la pintura colombiana a partir de la década del 30. Hechos culminantes de ese empeño son los trabajos debidos a Efrain MartÃnez y Ricardo Gómez Campuzano. Tema impresionista y simbolista, tratamiento académico, interés por el entorno como señal de nacionalismo. Estas caracterÃsticas y sus autores serÃan el referente historicista ante la posición y determinación de MarÃa Cristina Cortés.
Su carrera comienza a proyectarse en la década del 70. Este año cumple veinte de su primera muestra individual. De tal manera que esa estética del realismo, de lo fotográfico y lo evidente ha sido un soporte fundamental para proceder en su argumentación. El paisaje y sus componentes ha sido el centro de su interés y lo ha convertido en un fin en sà mismo pero también en un medio reflexivo.
Hace seis años realizó una muestra individual en esta Institución cuyo tema dominante eran hatos de vacas en el campo. La luz incidente y transformadora, generando sensaciones y muchas veces verdaderos espejismos constituÃan la vÃa de desarrollo de una pintura pulcra y decidida. Hoy los animales han desaparecido casi del todo, queda el escenario accidentado, sus reflejos y sugestiones. Su serie Agua Verde, ubica al espectador ante una selección de lugares escogidos por su potencia visual y contrapuntos cromáticos. Es la manera como MarÃa Cristina Cortés desea ser emotiva, sentimental y ofrecer una versión de una naturaleza que no deja de ser nostálgica.
Esa reincidencia en una pintura de acabado preciso, con argumentos reconocibles y naturalistas, proyectados en formatos convencionales, resulta cautivamente en su serena orquestación de variados cromatismos y convincente en su opinión de equilibrio y reposo. Es también, sorpresivamente, una manera válida y difÃcil de ser actual.